Dolor fetal

Si usted está planificando someterse a un aborto y tiene 20 semanas o más de embarazo (por edad gestacional), la ley de Utah requiere que usted reciba información sobre el posible dolor que el feto puede sentir durante el procedimiento (a menos que este procedimiento tenga que ser realizado por razones de emergencia).

Algunos estudios sostienen que el feto puede sentir dolor 20 semanas después de la concepción. Otros estudios sugieren que el feto siente dolor durante todo el embarazo. Aunque los estudios científicos no son concluyentes en cuanto a cuándo el sistema nervioso del feto está lo suficientemente desarrollado como para sentir dolor, el Estado de Utah considera que existe suficiente evidencia médica para concluir que un feto de al menos 20 semanas de edad gestacional puede ser capaz de experimentar dolor durante un procedimiento de aborto.

El código 76-7-308.5 de Utah requiere que cualquier médico que realice un aborto en un feto de al menos 20 semanas de edad gestacional administre un anestésico o analgésico para eliminar el dolor del feto. Las excepciones a esta ley son los abortos realizados para salvar la vida de la madre, en situaciones de deterioro irreversible de una función corporal importante de la madre a menos que se realice un aborto, o cuando dos especialistas en medicina materno-fetal han confirmado un defecto letal de nacimiento del feto.

Los medicamentos para disminuir o eliminar el dolor se le pueden administrar al feto de dos maneras. Una es inyectando un analgésico o un anestésico directamente al feto a través de una aguja. La otra es darle la medicina a la mujer para que vaya al feto.

Los medicamentos que se utilizarían son efectivos para controlar o eliminar el dolor en niños y adultos. No hay pruebas para saber si el efecto en un feto es el mismo.

Siempre existen algunos riesgos cuando una persona toma medicamentos, especialmente medicamentos para el dolor y anestésicos. La mujer debe discutir estos riesgos con su proveedor de atención médica. La ley de Utah no prohíbe que un proveedor de atención médica informe a la mujer de su propia opinión con respecto a la administración de medicamentos para disminuir o eliminar el dolor fetal.